La calidad de nuestros productos es importante para obtener la fidelidad de los clientes y ofrecer una experiencia placentera. Pero otro punto vital es cómo los almacenamos. En ese sentido, una adecuada organización de nuestro almacén es necesaria para obtener un funcionamiento y productividad adecuados.
Contar con la organización y control del almacén nos facilitará conocer al instante el stock con el que disponemos. Pero no solo eso, sino que también permitirá planificar mejor las futuras compras, reducir costos, prevenir fraudes y cumplir las metas trazadas.
¿Pero cómo llevar el control de los cambios que se producen día a día en el almacén? Para lograrlo, compartimos contigo los siguientes tips:
Estructurar y ordenar el espacio. Para ello debes establecer un sistema de numeración de los productos. Además de crear rutas logísticas que conduzcan al producto deseado. Delimita las áreas de almacenamiento, las zonas de llegada, salida y zonas de carga y descarga.
Distribuye tareas según zonas. La claridad del trabajo a desarrollar es vital. La eficiencia dentro del almacén dependerá de que los empleados tengan claro qué deben hacer.
Crea una zona de stock de alta rotación. Siempre hay productos que se mueven más con los clientes, por lo que es conveniente contar con un área que almacene los productos más solicitados. De preferencia debe ubicarse cerca del área de llegada y embalaje/envío.
Automatiza la gestión de roturas de stock. Evita la insatisfacción de los clientes ante las interrupciones en la cadena de suministro. Para ello recomendamos establecer proceso automatizado que involucre a los equipos de servicio y ventas.
Controles de calidad. Un adecuado control de calidad que haga la revisión de cada paso del proceso logístico evitará errores en pedidos, por ende, de sobrecostos e insatisfacción del cliente.
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